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QUIÉNES SOMOS

Las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell somos un Instituto Religioso Católico fundado por Ana María Janer Anglarill en el año 1859 en Seo de Urgell, España.
 
El don que Ana María Janer recibe gratuitamente de lo alto es la experiencia del Verbo encarnado presente en las necesidades humanas de su tiempo. A Él Ana María se sietne llamada a servir y entregarse por amor, mediante el ejercicio heroico de la caridad y el don de la propia vida. 

Las hermanas y laicos llamados a compartir este carisma lo han enriquecido con sus propios dones y vivencias. Hoy como ayer, abiertos a la voluntad del Padre, según el modelo de Jesús, María y José y a ejemplo de Ana María Janer, queremos discernir cómo necesita Cristo ser servido en sus hermanos más pequeños y desvalidos. Con fidelidad dinámica al carisma fundacional estamos llamados a reproducir con valor la audacia, la creatividad y la santidad de vida de Ana María Janer, como respuesta a los signos de los tiempos, conformando así toda nuestra vida con la del Señor.

Actualmente estamos presentes en 11 países: Andorra, Argentina, Chile, Colombia, España, Guinea Ecuatorial,  Italia, México, Paraguay, Perú y Uruguay.

 

ACCIÓN MISIONERA

Lo específico de nuestra misión consiste en rehacer la comunión humana por el humanismo del amor, revelado en Jesucristo. Buscamos la transformación del hombre y del mundo desde la caridad hecha servicio. El carisma de Ana María Janer nos compromete a encarnarnos en la realidad donde vivimos, a trabajar en ella por la justicia y la promoción de los más necesitados, a estar atentas a los signos de los tiempos y disponibles a las necesidades de la Iglesia.

Los ámbitos donde desarrollamos nuestra misión son muy diversos: centros educativos, hospitales y residencias, misiones, parroquias, centros de evangelización y otros apostolados compatibles con nuestro carisma.

El fin propio de la actividad misionera es la evangelización, aunque simultáneamente se realicen tareas de promoción humana, ya que es la propia persona la destinataria de ambas. No se puede proclamar el amor de Dios, padre de todos, sin promover la fraternidad, la libertad, la justicia y la paz. El amor se vuelve creíble si busca el crecimiento integral del hombre. Líneas Generales de nuestra Acción Apostólica, N°58-59

NUEVAS PRESENCIAS

Las nuevas presencias evangelizadoras son una respuesta a los llamados de la Iglesia y a la fidelidad y dinamismo propio de nuestro carisma.  Expresan una renovada vitalidad evangélica en nuestra vida y misión, y concretan la opción preferencial por los pobres: vamos “por razón de caridad”.  (Cf C 7 y DG 4).

Se expresan a través de una presencia estable de las hermanas en algunas periferias geográficas y existenciales en las que, luego de un proceso de discernimiento se ha podido dar una respuesta. Presencia pequeña y humilde como el evangélico grano de mostaza, en el que buscamos que brille sin fronteras la intensidad del signo: la palabra valiente, la fraternidad feliz, la escucha de la voz débil, la memoria de la casa de Dios entre los hombres. 

“Creemos en la fuerza y vitalidad de nuestro carisma. Necesitamos un nuevo impulso de santidad que surja de la frescura del Evangelio y nuestra pasión por el Reino. Nuestra opción (…) es la Vida en abundancia en todas sus dimensiones. Vida que sana las heridas, que une lo que está dividido, que fortalece a los vulnerables y que ilumina las oscuridades de nuestro mundo.”

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